Entre Héroes y Tumbas | Coco González Lohse: Curador | Ramón Castillo

1 Junio - 1 Julio 2022

VISIONADOS DEL PRESENTE 

 

El pintor es una especie de visionario que debe dejarse llevar por las imágenes luminosas y oscuras, por el furor del azar o de una compleja articulación de memorias, deseos e impulsos que actúan para que una imagen caiga sobre la pantalla, y luego, a través de alguna tecnología visual, convertirla en pintura.

 

Coco González Lohse, desde la caverna callejera y del taller actual en el barrio Yungay, desde la propia bóveda craneal, proyecta imágenes en la plenitud de su iconicidad contra la tela o la pared. Algunos paisajes, pintados o de memoria, personales o colectivos, se vienen cristalizando en diversos soportes desde mediados de los años ochenta. En este caso, en la actualidad urgente y desafiante que vivimos, esta serie de obras es una reacción visual, una respuesta o una pregunta enmudecida, de pocas palabras. 

 

Las imágenes de este informe del presente llegan como precogniciones, como conocimientos cuyas claves se nos escapan por la obviedad de su enunciado, o porque están registradas en una metapintura, aún en estado de ceguera, que se entreteje entre las imágenes y la arbitrariedad aparente de su elaboración. Imágenes callejeras, de los medios o del arte, conviven en tanto vistas previas con las propias imágenes, esas que aún no circulan, que están ahí, agazapadas en alguna parte de los afectos o fobias, a punto de no pertenecerles al autor. 

 

Ni el gestor ni el relacionador público que habitan en Coco González Lohse podrán impedir el oscuro destino de las escenas y las palabras pintadas. Esa es la condena del mensajero: da lo mismo si las pinturas apelan a la realidad, a la pesadilla o a la fantasía. El pintor deambula velozmente de ida y vuelta, entre héroes y tumbas, a través el centro de Santiago, la red virtual, por las propias imágenes que persisten o decaen, experimentando una insoportable levedad que a la vez lo deslocaliza.

 

¿De qué habla o pinta Coco? De la necesidad de vivir y expandir los chispazos de lucidez, por fuertes que sean, entre la risa y el llanto. Es el secreto de esa humanidad que se pinta y dibuja en el diagrama que convierte a la pared de la galería en otra pieza de colección: lo que conecta, la contigüidad, las relaciones entre los bordes, los temas que se multiplican en la propia mirada que sigue los hilos de esta nueva trama visual. 

 

Coco González Lohse pertenece a una generación dislocada y recompuesta desde los ochenta, poseedora de un vitalismo resistente y con la propia vida expuesta, vaciada, desde la honestidad de quien despierta después del trasnoche y vuelve a comenzar.

 

Ahora, tristísimo y alegrísimo Coco, agradecemos el que nos asistas a un tiempo del mirar cada vez más obtuso. “Demasiada realidad”, nos repites. Déjanos escapar alegres por un momento a través de tus breves y entretejidas pinturas, dibujos y objetos.

 

Ramón Castillo, curador.
Mayo 2022.