Los Guardianes de la Aldea | Marcela Serra: LOCAL 2

11 Mayo - 5 Junio 2024

Los modelos pictóricos con los que trabajo pertenecen, en gran parte, a capturas de pantalla de antiguos cortometrajes o series animadas reproducidas en plataformas digitales. La operación de fijar determinados frames, sacándolos de su continuum de tiempo, tiene como objetivo producir escenas estáticas y descontextualizadas, cuyas formas se tornen extrañas, o que resulten acciones fragmentarias y abiertas, escondiendo a la vez sutiles elementos de su contenido original. De esta forma, personajes entrañables, cargados de simbolismo y afecto, se convierten en formas extrañas, difusas y dispersas, poniendo en tensión el desplazamiento de la forma representada y su potencial alteración en su decodificación.

 

La representación de aquel estado nebuloso y ambiguo de la imagen plantea un ejercicio paradójico, ya que con él se obliga a fijar la mirada sobre formas no siempre reconocibles a primera vista al oscilar los códigos de representación entre lo figurativo y lo abstracto. Que esta condición casi espectral de las imágenes degradadas otorgue sólo a un vago reconocimiento de los objetos representados tiene como consecuencia que su lectura pueda desplazarse, es decir, proyectar múltiples formas a partir de una sola.

 

Las huellas en la imagen -descalces, barridos, desenfoques- que resultan de capturar la acción efímera de estas reproducciones animadas, aluden de manera lúdica a lo fotográfico; a la nostalgia del instante capturado y los objetos preservados eternamente en la imagen (Sontag, 2006). Esta connotación nostálgica se expresa también en la obsolescencia de las tecnologías de la imagen, donde lo pixelado es amenazado constantemente con transformase en un valor estético del pasado. 

 

La temática principal que suelo abordar en esta serie de pinturas es la representación pictórica realista de un imaginario difuso, conformado por la condición degradada e indefinida de la imagen circunscrita en la pantalla. Con esto me refiero a imágenes borrosas, copias de un original al que no podemos acceder y cuyo contenido visual es alterado por una baja resolución o interferencias en su difusión. 

 

Mi interés particular por este imaginario se debe, en parte, a la ambivalencia con que estas imágenes habitan en el espacio de la web; ambivalencia sujeta a su estado de desmaterialización, ya que, por un lado, al restársele calidad a la imagen (materia) se desafía a los valores oficiales promovidos por las tecnológicas digitales, tales como la alta resolución, el copyright, el patrimonio y la privatización, entre otros. Sin embargo, al mismo tiempo, dicha desmaterialización, al otorgar velocidad a la imagen,  permite que ésta se integre perfectamente a los modos de producción semiótica actuales, lo que Steyerl (2014) describe como "un capitalismo de la información que prospera en lapsos de atención comprimidos, que se basa en la impresión antes que la inmersión, en la intensidad antes que la contemplación".

 

A través de la reelaboración pictórica de estas imágenes degradadas, se otorga la posibilidad que éstas circulen en otra superficie y materialidad, así como también temporalidad, lo que restituye la oportunidad de ser contempladas y, por tanto, de adquirir otros relatos. 

 

Me interesa también a través de estas imágenes, explorar la noción de indeterminación, relacionada con la categoría visual de la imagen (Didi-Huberman, 2010), concepto orientado a la cualidad irrepresentable y enigmática que algunas poseen. Al pintar a través de un registro mimético detallado, que reproduce la visibilidad de imágenes espectrales y poco legibles, busco hacer evidente la superposición entre lo visible y la abstracción a la que tienden estas imágenes desmaterializadas.  Por esto, me interesa potenciar el valor difuso de aquellas imágenes, intentando un tránsito hacia lo visual de ésta, condición que se expresa como "los síntomas o las huellas de un misterio, sin un significado reconocible" (Didi-Huberman, 2010).

 

En conclusión, me propongo con la pintura un cruce de la imagen digital con prácticas analógicas y objetuales, conformando una obra híbrida que cuestione simbólicamente el imperativo actual de la lógica binaria e inmediata, aspirando a desplazar la percepción de la imagen hacia la lógica de lo indeterminado.

 

 

Marcela Serra, artista.

Mayo 2024.

 


 

Didi-Huberman, G. (2010). Ante la imagen: Pregunta formulada a los fines de una historia del arte. CENDEAC.

Sontag, S. (2006). Sobre la Fotografia. Alfaguara.

Steyerl, H. (2014). Los condenados de la pantalla. Caja Negra.