DESDE EL 31 DE JULIO EN SANTIAGO.
“Los perros, en su complejidad histórica, son aquí lo importante. […] Los perros no están supliendo una teoría; no están aquí sólo para pensar con ellos. Están aquí para vivir con ellos. Cómplices en el crimen de la evolución humana, están en el jardín desde el principio, astutos como el Coyote”.[1]
Donna Haraway.
Desde 2019, mi obra ha sido profundamente influenciada por el poder transformador de eventos recientes que han redefinido nuestra existencia. Este poder se manifestó en la incertidumbre de las protestas continuas cada viernes en el centro de Santiago durante el Estallido Social, seguido por la nueva realidad impuesta por la pandemia, que reestructuró nuestras rutinas diarias. Además, este poder también se vio en la movilización de ciudadanos en busca de un nuevo pacto social, un movimiento que finalmente se sumió en el desencanto.
A medida que las circunstancias nos obligaron a mirar desde las calles hacia el interior de nuestras casas, comenzamos a observar lo cotidiano con un nuevo interés. Este enfoque nos permite ver cómo las imágenes de nuestro entorno diario revelan el poder que tenemos para moldear y beneficiarnos de nuestro ambiente, manipulando los objetos y seres que lo habitan.
El perro emerge en mi obra como un símbolo de cómo el poder se manifiesta. Descendiente del lobo que compartía métodos de caza y estructuras sociales con los humanos en la prehistoria, pasó de ser visto como una amenaza a finalmente transformarse en un compañero leal. Hoy en día, el perro representa una variedad de roles, cada uno reflejando la personalidad que los humanos proyectamos sobre ellos.
¿Representan los perros el poder humano sobre nuestro entorno? Según Byung-Chul Han, el poder es primordialmente un acto de organización, no de destrucción: "Organizar significa unir y mediar, Integra a los dominados en un espacio organizado moderadamente que estabiliza el dominio y lo hace duradero".[2] Inspirado en esta idea, presento una serie de pinturas – sin título propio – derivadas de imágenes seleccionadas de medios digitales que considero capturan nociones del poder a través de la figura del perro. Este enfoque está en consonancia con mis proyectos anteriores, desde la serie Ensamblajes Territoriales, expuesta en Madrid en 2021, hasta mi última exposición individual, El Convulsionado Presente de 2022, que mostraban tanto los vestigios de las manifestaciones como cuerpos humanos y animales ejerciendo fuerza sobre otros. Estas obras, donde el poder se revela tanto en actos de violencia como de fuerza, encapsulan mi exploración del perro y el poder en general. A través de la pintura, examino cómo el ser humano utiliza su dominio para reorganizar y reconceptualizar el mundo según su voluntad.
Johans Peñaloza, artista.
Julio 2024.