TEMPUS FUGIT | PALOMA CASTILLO

23 Abril - 24 Mayo 2025

 "El presente sólo se forma del pasado, y lo que se encuentra en el efecto estaba ya en la causa", Henri Bergson

TEMPUS FUGIT: EL TIEMPO VUELA

Leonardo Casas García

 

En los bordados de Paloma Castillo, el flujo psíquico que se desplaza debajo de la superficie de la conciencia cotidiana se transmite a través de yuxtaposiciones de imágenes sorprendentes e inesperadas, en cada escena un despliegue de colores brillantes y marcados contrastes de valor dan forma a narrativas que reflejan las complejidades y contradicciones de la sociedad contemporánea. En “Tempus Fugit” su nueva exhibición en Isabel Croxatto Galería, el foco de su búsqueda se orienta al tópico de la transitoriedad del tiempo. Orientando su eje narrativo a la relación entre su propio proceso creativo y la certidumbre en torno a la paradoja temporal de la permanencia y la disolución, Castillo nos propone un conjunto de obras donde confluyen íconos Pop, criaturas silvestres, e incluso, la figura de la propia artista.

 

“Representación mental” se compone de una serie de cuatro autorretratos, en donde Paloma se presenta acompañada de distintas figuras cuyas atribuciones pueden abarcar un rango de interpretación que va desde lo onírico a lo mágico: Una rana, una liebre, una plancha y una serpiente aparecen, respectivamente, ocupando un rol proyectivo del mundo interior de la artista. La posibilidad de lecturas y el campo de asociaciones en cada pieza es amplia, sin embargo la presencia de la autora como figura protagónica complementa y aterriza los atributos simbólicos de cada una. Composicionalmente Castillo se sitúa de manera frontal hacia el espectador con sutiles e “involuntarias” variaciones en el encuadre y en la expresión de su mirada, llegando a remitirnos a esas clásicas tiras de cuatro fotografías instantáneas que las personas podían tomarse al interior de una caseta luego de depositar una moneda por una ranura. En “Representación mental III (autorretrato con plancha)”, aquel necesario y siempre presente artículo doméstico, se ubica, en llamas, sobre el cabello de la artista, insinuando esa ambivalente relación simbólica de amor-hastío que llegamos a desarrollar con ciertos objetos de uso cotidiano. En “Representación mental IV (autorretrato con liebre)”, situada sobre su cabeza aparece, tal vez en posición de descanso, tal vez preparada para saltar, una liebre. En la literatura, se nos refiere como un roedor que habita en los umbrales de la transición, al mismo tiempo que su excelente vista le permite desplazarse al anochecer y al amanecer, burlando a sus depredadores. Mitológicamente su capacidad de aparecer y desaparecer la ubica como figura fundamental en lo referente a los aspectos mortales e inmortales del si-mismo. En “Representación mental II (autorretrato con serpiente)”, la imagen de la serpiente paseándose por el rostro de la artista, resalta una criatura cuyas capacidades revisten una ominosa fascinación. Creadora, progenitora y destructora. En el mundo de lo alquímico cuando se muerde la cola nos anuncia que un ciclo se cierra para volver a comenzar y cuando la vemos mudar su piel nos habla de la inminencia de un proceso renovación y el renacimiento. 

 

En un espacio especial dentro del recorrido de la muestra un grupo de tres bordados, compuesto por dos banderas chilenas y un retrato de Kim Jong-Un, exploran la cultura de la celebridad y el área de influencia que ciertos imaginarios tienen en nuestra realidad al internalizarse en nuestra mente. En la obra “Pikachú” la imagen de la bandera sosteniendo la tierna imagen del personaje infantil nos refiere al impacto que gozan las caricaturas japonesas al instalarse como vías de identificación en diferentes segmentos de la sociedad en el modelado de estilos de vida y en la creación de códigos conductuales. Además de la avalancha de productos asociados a la marca, bajo el rótulo de Pokemón, el mercado le ofrece al consumidor, indistintamente, la posibilidad de convertirse en un entrenador comprando un juego para consola, la opción de transformarse en un Pokemón[i], o incluso elegirlo como un emblema de rebelión anticapitalista. En “Cómeme” el logo de una cadena de comida rápida “tradicional” de Kentucky aparece sobre el emblema nacional recordándonos su presencia en muchos espacios de la cotidianeidad, no solo promoviendo la mala nutrición, sino también ejerciendo una forma aceptada y silenciosa de colonización corporativa y cultural. En la pieza “El Rey está desnudo”, la máxima autoridad de Corea del Norte es presentada en el rictus de un luchador de sumo, vistiendo nada más que un medallón con una estrella roja, que potencialmente podría funcionar como una representación de sus ideas, acompañada de un gato que ocupa sugerentemente el primer plano de la composición. En una referencia directa al cuento de Hans Christian Andersen la obra reflexiona en torno al fenómeno del culto a la personalidad que muchos líderes mundiales, convertidos por los medios en las máximas figuras del espectáculo, cultivan hoy como un valor superior. En la obra la artista establece una dinámica visual en torno a la ambivalencia que se genera entre una imagen fabricada para el mundo y la potencial verdad que se devela bajo su atuendo.

 

Las obras “Room Service” y “Je Suis Snob” se despliegan en una misteriosa dinámica de apariencia y seducción. Bordados sobre tela Damasco, ambos trabajos destacan del resto del conjunto de obras exhibidas por la sobriedad de su paleta cromática, que se ve contrastada por ciertos detalles certeros: Evocando a las antiguas publicidades de accesorios de belleza para hombres que solían aparecer en las revistas para caballeros, mirando de reojo, el personaje de Je Suis Snob, viste una flamante corbata roja que está ligeramente desordenada; Por su parte, recortada contra un fondo de lentejuelas, la protagonista de la obra Room Service, nos observa, luciendo unos insinuantes labios rojos. Como si se tratara de una visión onírica, el juego de seducción que se sugiere entre ambos personajes le transfiere a las piezas una atmosfera nostálgica, que habla de tiempos que fueron, de instantes que quizás siguen sucediendo en algún lugar, pero que solo vivirán en nuestra memoria.

 

En Tempus Fugit Paloma Castillo extrae instantes fugaces desde su propia experiencia cotidiana para re-significarlos y desafiar el pensamiento lógico, incitando a que el espectador formule interpretaciones especulativas. La magia de la operación plástica de la artista reside en la integración de una dimensión psíquica que resuena metafóricamente desde el interior de su imaginario y que se manifiesta como una pulsión universal.

 


 

[1] La subcultura Pokémon fue una tribu urbana de inicios del 2000 que fusionó elementos de la subcultura otaku, flaite, emo, punk y hardcore. Se caracterizó por su estética que combinaba influencias de la cultura chilena y japonesa.