Nuestra artista representada Cecilia Avendaño es destacada en la edición #98 de la revista de arte chilena Arte Al Límite, con su obra EP 20, Enfermedades Preciosas de su serie Enfermedades Preciosas en portada, y con un artículo y entrevista por Juan Pablo Casado, Licenciado en Literatura Hispánica, sobre su trabajo con la fotografía y el ser mujer en la sociedad occidental.
Encuentra el artículo completo a continuación, y lee el último número de revista Arte Al Límite, en inglés y castellano, aquí.
Cecilia Avendaño: El Silencio Manifiesto de la Mujer
Por Juan Pablo Casado
La belleza extraída de la enfermedad como una sublimación del dolor a partir del malestar es la temática que aborda Cecilia Avendaño en Enfermedades Preciosas, trabajo que mezcla las disciplinas del retrato y la fotografía para expresar la realidad manifiesta e inconsciente que vive la mujer en el mundo moderno.
La ensoñación de la nostalgia parece ser uno de los preceptos básicos en el acto fotográfico: “Una fotografía es a la vez una pseudopresencia y un signo de ausencia, Como el fuego del hogar, las fotografías – sobre todo las de personas, de paisajes distantes y ciudades remotas, de un pasado desaparecido – incitan a la ensoñación”, aseguraba Susan Sontag en “Sobre la fotografía”.
Sontag, quien tenía como una de sus principales pasiones la fotografía, cuestionó abiertamente el concepto de belleza aplicado a la mujer moderna: “No es el deseo de ser bella lo que está mal, claro, sino la obligación de serlo – o tratar de serlo. Lo que es aceptado por la mayoría de las mujeres como una idealización halagadora de su sexo es una manera de hacer sentir a las mujeres inferiores a lo que realmente son – o normalmente crecen para ser. Porque el ideal de belleza es administrado como una forma de auto-opresión”.
La obra de la artista chilena Cecilia Avendaño aborda el concepto de la identidad desde la exploración de los valores de la belleza, lo femenino y lo corporal, en un mundo contemporáneo donde la división entre el universo subjetivo y el superficial aparece como una consecuencia natural en el papel que asume el individuo en la realidad.
Este es el argumento que, tras cinco años de investigación, derivó en Enfermedades Preciosas, donde Avendaño, a través de la fotografía digital y el retrato clásico, propone en 19 imágenes una idea de belleza que se aleja del canon occidental: “El proyecto se inició así, mucho más conectado con el tema de la mujer; posteriormente, ingresó lo espiritual y nuestra relación con la naturaleza. Partió con pensar qué significaba ser mujer en nuestra sociedad actual, en las somatizaciones que teníamos, y de ahí llegué a las enfermedades”, explica la artista.
Cecilia Avendaño trabaja con la idea del retorno a lo esencial y la conexión con lo espiritual; es ahí donde la mujer aparece como soberana absoluta de su destino, en donde su individualidad es irreductible. La artista se sumerge en el universo inconsciente de lo onírico para mostrarnos que las enfermedades van más allá de lo meramente físico, sino que también se basan en un fundamento emocional.
“Soy mujer”, comenta Cecilia, y agrega: “He estado en un proceso personal de encontrarme, de pararme frente al otro; es un trabajo especial desde niña-adolescente hasta mujer, y me lo he vivido hasta el fondo. Mis problemas se reflejaron en dolores físicos, pero también pensé en qué significaba ser mujer, en su carga histórica, en las formas de movernos que arrastramos hace siglos; es una larga, compleja y dolorosa historia que es imposible desconocer. No la verbalizo, la llevo adentro y la muestro a través de mis trabajos y mis preguntas, a través de mis personajes”.
En cada imagen podemos ver cómo mujeres de miradas penetrantes, con sus labios cerrados, interpelan al observador, recordándole a este que la incomodidad nace de un silencio que busca su correlato y sanación en el enunciado mismo. Finalmente, la enfermedad aparece como un vehículo que permite a la mujer decir lo que ha tenido que callar, y que por causas contextuales o personales se ha transformado en dolor.
“Yo creo que la introspección del dolor nos lleva a la sanación, no creo que podamos pasar por arriba de eso. No podemos entender muchas cosas si no pasamos por ahí. Nadie quiere pasar por el dolor, lo evadimos, lo tapamos, pero, finalmente, si no lo encaras, si no lo vives, si no lo sientes, no puedes pasar al otro lado”, dice Cecilia Avendaño; y aquello se plasma en su obra, en la que abunda la vegetación como una manifestación de una simbiosis curativa y terapéutica del ser, que ha podido, finalmente, enfrentar y hacer visible su sufrimiento.
Es así cómo esta narrativa se conecta íntimamente con la realidad de ser mujer, una realidad con una carga histórica poseedora de un peso existencial que hoy encuentra su correlato en el arte y la cultura. Finalmente, todo este cuerpo artístico se articula en un acto poético que transforma los sueños en una estructura visual de lo inefable. Aquí, la enfermedad no se abarca desde un punto de vista meramente patológico, sino como un acto de sublimación que toma las cadenas que carga cada individuo para transformar el dolor en curación.