Nuestra artista representada Paloma Castillo forma parte del número de verano 2021 de la revista holandesa de arte textil Textiel Plus, dedicado a los rostros.
Entrevistada por Dorothé Swinkels, asesora de la Bienal Textil del Museo Rijswijk de La Haya y excoordinadora del departamento de moda y textil del Instituto de Arte de Maastricht (Países Bajos), Paloma repasa aspectos de su obra y cómo se inició en el bordado.
A continuación se encuentra una traducción completa del artículo.
El número de verano 2021 de la revista Textiel Plus puede adquirirse en línea en textielplus.nl
Paloma Castillo pasó del diseño gráfico al bordado.
Coleccionista de Rostros
Por Dorothé Swinkels
Se llama a sí misma una "coleccionista de rostros". Los rostros dominan la obra de la artista chilena Paloma Castillo (1965), a quien le fascina crear personajes, y crear un mundo y una historia para cada uno de ellos. Quiere que el espectador se emocione y se sienta estimulado a pensar.
Paloma Castillo se involucra cada vez más en su obra, bordando con un número reducido de puntos con hilos de algodón sobre telas de yute o lino. Sus temas varían desde la política y la tecnología hasta el mito y la modernidad. Además, los símbolos son de gran importancia para la artista a la hora de presentar sus pensamientos. Una plancha, por ejemplo, representa el sexismo; las cuerdas con enchufes simulan serpientes que simbolizan el pecado original, y los teléfonos móviles representan la soledad del individuo.
Revelación
Al haber crecido en una familia de artistas, Paloma siempre estuvo rodeada y motivada por el arte. Su carrera artística comenzó después de haber trabajado como diseñadora gráfica para periódicos y editoriales, aunque siguió dibujando desde joven. La artista explica: "El dibujo nunca me convenció del todo hasta que, tras una crisis laboral hace unos diez años, descubrí el bordado: una revelación. Empecé a bordar mis dibujos. Como resultó ser mi forma de expresarme, decidí dedicarme a ello por completo. El diseño gráfico ya no me motivaba en absoluto. Sólo conozco los pocos puntos que aprendí de niña en la escuela y de mi abuela y mi madre; nunca recibí clases de bordado. Con el tiempo he ido perfeccionando mi técnica". Cuando le pregunto qué le atrae del textil, Paloma responde: "Todo: los hilos, las telas, la mezcla de ambos y lo que puedes hacer con ellos. El mayor reto es conseguir realizar lo que imagino en mi cabeza. Si lo consigo, es una recompensa. Cada bordado es una experiencia para mí".
Paleta de colores
“No hago bocetos", explica la artista. “Creo y diseño en mi cabeza, y luego me pongo a trabajar directamente con los hilos en la tela. Me doy total libertad para bordar lo que se me ocurra y sobre los temas que quiera. No hago paletas de colores de antemano; tengo una idea básica del color con el que quiero empezar y, a medida que avanzo, la paleta de colores va tomando forma, en función de lo que quiero resaltar. El tejido, el color, el grosor y la forma de bordar -abierto o cerrado, o alternando- tienen mucho que ver. Es un proceso orgánico".
Paloma tarda entre una semana y un mes en completar una obra, dependiendo de su tamaño, la tela y los hilos que quiera utilizar.
Carpeta de ideas
Paloma tiene como motivación la actualidad, encontrando inspiración en todo lo que ve y lee, con la costumbre de leer todos los periódicos de Chile y del extranjero que puede. Internet es una enciclopedia para encontrar imágenes interesantes. Guarda en una carpeta de su computador que llama "Ideas", su archivo con todo lo que le llama la atención y que le gustaría tratar de procesar en algún momento. A veces hay fotos o cuadros de otros artistas que ella reinterpreta. Por ejemplo, Paloma admira las obras de David Hockney, Lucian Freud, Georgia O'Keeffe y Kazimir Malevich y tantos otros pintores, pero también a iconos de la fotografía: Robert Mapplethorpe y Richard Avedon. Muy relevante es la Bauhaus, como movimiento y como idea transversal en las artes y en la vida cotidiana.
Maquillaje contra el reconocimiento facial
La obra Espacio I fue concebida en medio de la pandemia de mi país en 2020. Durante la cuarentena, vi un reportaje sobre las protestas juveniles de 2019 en Hong Kong y cómo los jóvenes engañaban el reconocimiento facial maquillándose para así evitar ser detenidos. Apliqué ese estilo de maquillaje a la cara en el bordado. Entonces establecí la conexión entre el aislamiento y el no ser reconocido como medio de escape".